domingo, julio 08, 2018

EL VIENTO Y LA SEÑORA GARCIA

Aquel verano largo y caluroso el aburrimiento hacia que las siestas durasen varias horas y no nos daban ganas de hacer nada que no fuera no hacer nada.Ya habíamos hecho todo lo que se puede hacer cuando lo único que quieres hacer es no hacer nada.Aun nos duraba el hartazgo del curso escolar y todas las tradiciones habían sido cumplidas.Quemar los libros y los cuadernos en las hogueras de noches aun mas largas y calurosas,ver como los amigos con mas dinero se iban a campamentos de verano en lugares que nos parecían el paraíso en la tierra,perseguir a los gatos y perros de los vecinos hasta la crueldad mas exacerbada y todas esas cosas que cuando aun eres un niño te parecen fantásticas y que con el paso del tiempo te avergüenzas recordando en noches de insomnio.
Lo cierto es que después de la merienda ya nos sentíamos mejor y la imaginación volvia a trabajar,asi que salíamos a las calles del barrio buscando nuevas diversiones y nuevos planes.
Uno de esos planes nos tenia obsesionados en las ultimas semanas pero el miedo y el respeto aun nos hacia echarnos para atrás,hasta precisamente aquella tarde.
Habia llegado el momento y nada ni nadie nos iba a parar,ya que aquel nuevo plan nos llenaba de excitación y nervios.Por fin,aquella tarde,estabamos decididos y tras una discusión por la forma de llevar a cabo la operación,nos pusimos en marcha hacia el final de la calle mas cercana.
Alli estaba una gran casa,casi una mansión abandonada pero en la que sabíamos a ciencia cierta que vivía alguien que era una especia de leyenda del barrio.
Alli vivía la Señora Garcia,con la que alguna vez nos habíamos cruzado pero que su solo presencia nos asustaba.La Señora Garcia tenia una edad indeterminada entre los 50 y mas alla,pero para nosotros era una anciana extraña y silenciosa y nunca nos atrevimos a hablarle.La leyenda decía que la Señora Garcia se había vuelto loca por la perdida de un hijo,eso es lo único que sabíamos.
Siempre iba con un pañuelo gris en la cabeza y unas grandes gafas de sol.La Señora Garcia tenia barba de varios días,cosa que era casi lo que mas nos asustaba.Siempre con un bolso negro en su mano derecha y caminando con paso seguro hacia algún sitio que solo sabia ella,ya que nunca la vimos entrar a la tiendas del barrio o a ninguna parte.
Una vez la seguimos hasta que volvió a su casa y justo cuando iba a entrar por una de las puertas,se volvió y nos miro fijamente a través de sus gafas.Yo era el que estaba mas cerca y aquellos ojos negros se convirtieron en una de mis pesadillas recurrentes durante mucho tiempo e incluso aun hoy en dia me acuerdo de aquellos ojos que parecían no tener final.
También recuerdo que pensé que la Señora Garcia,en algún momento de su vida,tuvo que ser una mujer de belleza misteriosa,y con una risa encantadora,pero aquellos pensamientos no me atrevi nunca a decírselo a nadie.
Aquella tarde todos vencimos nuestros miedos y nos acercamos mas que nunca a la mansión,hasta que llegamos a entrar a un jardín descuidado y dimos varias vueltas,arrastrandonos por una tierra negra y seca.El mas intrépido de todos,el Gordito,se acerco a una puerta de madera y sin pensárselo demasiado,dio el par de golpes que nos asustaron a todos,pero no paso nada.Ni un movimiento ni un sonido ni nada de nada durante varios minutos en donde solo se escuchaban alguna de nuestras risas nerviosas y ahogadas por los nervios.
Por fin,todos nos incorporamos y nos fuimos acercando a la puerta de madera en donde estaba el Gordito,orgulloso de ser el mas valiente de todos.
Derrepente,aquella puerta de madera se abrió de par en par,y vimos como una mano larga y blanca que mas nos parecía una garra,cogio al Gordito por el cuello y lo atrajo hacia ella,metiendolo en la casa y después cerrando con un gran portazo.
Todos nos quedamos paralizados por el terror y lo único que se nos ocurrio fue salir corriendo a toda velocidad y volver a nuestras casas,apenas mirando a la casa una vez mas después de torcer la esquina y sudando copiosamente por ese terror y los nervios.
Pasaron varios días hasta que volvimos a ver al Gordito,lleno de golpes y contusiones y aun blanco del susto de aquella tarde.Nunca nos quiso contar lo que había pasado en aquellos momentos que había pasado dentro de la casa pero supongo que todos nos lo imaginábamos.
Después de aquella tarde,el Gordito ya no siguió saliendo con nosotros y recuerdo que su madre vino una tarde a casa y hablo con mi madre una larga conversación que escuche,escondido en uno de los armarios del pasillo,entre el olor a sabanas limpias y mis nervios por la situación.
Lo que me quedo claro de aquella conversación es que la leyenda de la Señora Garcia era mucho mas horrorosa de lo que pensaba y que el Gordito había recibido la paliza de su vida,recibiendo severos golpes con la hebilla de un cinturón que tenia una extraña forma de cruz.
Rosamaría,la madre del Gordito,lloraba desconsoladamente mientras conto una historia en donde se mezclaba la venganza y los recuerdos de otros tiempos mas oscuros.
Según parece,el hijo de la Señora Garcia había muerto durante la Guerra Civil,apalizado por ser del bando fascista y después de la guerra,la Señora Garcia se había ocupado personalmente de que todos los que formaron parte de aquella paliza,estuvieran varias décadas en la cárcel y sus familias tuvieran que dejar sus casas,sus trabajos e incluso,alguno de ellos,dejaron la isla.
Aquella venganza de la Señora Garcia también duro décadas ya que la Dictadura estaba con ella y la apoyaba y alentaba en todos los sentidos.
De alguna manera,la Señora Garcia seguía con su venganza personal,aun en nuestros días y aquella tarde le había tocado a el Gordito,cuya única culpa era ser tan gamberro como todos nosotros.
Lo cierto es que aquella tarde termino de estropear nuestro Verano y ni nos daban ganas de salir a la calle,o cuando salíamos a jugar a la calle,ni se nos ocurria pasar por aquella mansión.
Pero llego Septiembre y el final del Verano y el tiempo cambio totalmente,con unas tardes mas frias y un viento que nos cortaba los labios.
Uno de los últimos días de las vacaciones,estabamos otra vez en la calle jugando a los boliches y el viento era particularmente fuerte.
Justo enfrente de nosotros,vimos como la Señora Garcia pasaba por la calle y nos miraba desde detrás de sus gafas oscuras.Otra vez aquellos ojos negros insondables y una sonrisa en la cara que parecía burlarse de todos nosotros,sobretodo de el Gordito que nunca mas volvió a ser el mismo.
Aquella tarde,algunos de nosotros volvimos a superar el miedo y decidimos seguir a la Señora Garcia hasta la puerta de su mansión,pero ella ni se inmuto,solo nos lanzo alguna mirada amenazadora.
Lo que paso después sigue siendo parte de mis pesadillas,aun hoy en dia.La Señora Garcia llego hasta la puerta de su casa y empezó a subir una pequeña escalera que le llevaba a la entrada principal y entonces,una ráfaga de viento muy fuerte hizo que la Señora Garcia resbalara y cayera de espaldas,dandose un gran golpe en toda la cabeza y quedando inmóvil en el suelo.
No pudimos evitar dar un grito triunfal y volver a salir corriendo a nuestras casas.
Encerrado en mi cuarto escuche el sonido de la ambulancia y aquella noche,ya acostado,escuche los cuchicheos de mis padres,comentando la noticia.La Señora Garcia había muerto del golpe.
Y asi,con una sensación de lo mas extraña entre el triunfo y el vacio,acabo aquel verano que había empezado largo,caluroso y aburrido,con siestas eternas.