lunes, julio 24, 2017

RIMAS Y LEYENDAS

INTRODUCCION

Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasia, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo.
Fecunda, como el lecho de amor de la miseria, y parecida a esos padres que engendran mas hijos de los que pueden alimentar, mi musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin numero, a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serian suficientes a dar forma.
Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse, al beso del sol, en flores y frutos.
Conmigo van, destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede otro rastro que el que deja un sueño de medianoche, que a la mañana no puede recordarse. En algunas ocasiones, y ante esta idea terrible, se subleva en ellos el instinto de la vida, y agitándose en formidable aunque silencioso tumulto, buscan en tropel por donde salir a la luz, de entre las tinieblas en que viven.
Pero ! ay !, que entre el mundo de la idea y el de la forma, existe un abismo que solo puede salvar la palabra, y la palabra, timida y perezosa, se niega a secundar sus esfuerzos!
Mudos, sombríos e impotentes, después de la inútil lucha vuelven a caer en su antiguo marasmo.
! Tal caen inertes en los surcos de las sendas, si cesa el viento, las hojas amarillas que levanto el remolino !
Estas sediciones de los rebeldes hijos de la imaginación explican algunas de mis fiebres; ellas son la causa, desconocida para la ciencia, de mis exaltaciones y mis abatimientos.
Y asi, aunque mal, vengo viviendo hasta aquí paseando por entre la indiferente multitud esta silenciosa tempestad de mi cabeza.
Asi vengo viviendo; pero todas las cosas tienen un termino, y a estas hay que ponerles punto.
El insomnio y la fantasia siguen y siguen procreando en monstruoso maridaje.
! Sus creaciones apretadas ya como las raquíticas plantas de un vivero, pugnan por dilatar su fantástica existencia, disputándose los atomos de la memoria como el escaso jugo de una tierra esteril!
Necesario es abrir paso a las aguas profundas, que acabaran por romper el dique, diariamente aumentadas por un manantial vivo.
! Andad, pues !   Andad y vivid con la única vida que puedo daros. Mi inteligencia os nutrirá lo suficiente para que seais palpables; os vestirá, aunque sea de harapos, lo bastante para que no avergüence vuestra desnudez.
Yo quisiera forjar para cada uno de vosotros una maravillosa estrofa tejida con frases exquisitas, en las que os pudierais envolver con orgullo, como en un manto de purpura.
Yo quisiera poder cincelar la forma que ha de conteneros como se cincela el vaso de oro que ha de guardar un preciado perfume. Mas es imposible.
No obstante, necesito descansar; necesito del mismo modo que se sangra el cuerpo por cuyas henchidas venas se precipita la sangre con pletórico empuje, desahogar el cerebro, insuficiente en contener tantos absurdos.
Quedad, pues, consignados aquí como la estela nebulosa que señala el paso de un desconocido cometa, como los atomos dispersos de un mundo en embrion que avienta por el aire la muerte antes que su creador haya podido pronunciar el fiat lux que separa la claridad de las sombras.
No quiero que en mis noches sin sueño volváis a pasar por delante de mis ojos en extravagante procesión pidiéndome con gestos y contorsiones, que os saque a la vida de la realidad, del limbo en que vivis semejantes a fantasmas sin consistencia.
No quiero que al romperse esta arpa, vieja y cascada ya, se pierdan, a la vez que el instrumento, las ignoradas notas que contenia.
Deseo ocuparme un poco del mundo que me rodea, pudiendo, una vez vacio, apartar los ojos de este otro mundo, que llevo dentro de la cabeza.
El sentido común, que es la barrera de los sueños, comienza a flaquear, y las gentes de diversos campos se mezclan y confunden.
Me cuesta trabajo saber que cosas he soñado y cuales me han sucedido.
Mis afectos se reparten entre fantasmas de la imaginación y personajes reales.
Mi memoria clasifica, revueltos, nombres y fechas de mujeres que no han existido sino en mi mente.
Preciso es acabar arrojándolos de la cabeza de una vez para siempre.
Si morir es dormir, quiero dormir en paz  en la noche de la muerte, sin que vengáis a ser mi pesadilla maldiciéndome por haberos condenado a la nada antes de haber nacido.
Id, pues, al mundo a cuyo contacto fuisteis engendrados, y quedad en el como el eco que encontraron en un alma que paso por la Tierra, sus alegrías y sus dolores, sus esperanzas y sus luchas.
Tal vez muy pronto tendre que hacer la maleta para el gran viaje.
De una hora a otra puede desligarse el espíritu de la materia para remontarse a regiones mas puras.
No quiero, cuando esto suceda, llevar conmigo, como el abigarrado equipaje de un saltimbanqui, el tesoro de oropeles y guiñapos que ha ido acumulando la fantasia en los desvanes del cerebro.


Rimas y Leyendas
Introducción

Gustavo Adolfo Bécquer

Junio de 1868.-