miércoles, mayo 10, 2006

EL OPIO

...Habia calles enteras dedicadas al opio...Sobre bajas tarimas se extendian los fumadores...Eran los verdaderos lugares religiosos de la India...No tenian ningun lujo,ni tapicerias,ni cojines de seda...Todo era tablas sin pintar,pipas de bambu y almohadas de loza china...Flotaba un aire de decoro y austeridad que no existia en los templos...Los hombres adormecidos no hacian movimiento ni ruido...Fume una pipa...No era nada...Era un humo caliginoso,tibio y lechoso...Fume cuatro pipas y estuve cinco dias enfermo,con nauseas que me venian desde la espina dorsal,que me bajaban del cerebro...Y un odio al sol,a la existencia...El castigo del opio...Pero aquello no podia ser todo...Tanto se habia dicho,tanto se habia escrito,tanto se habia hurgado en los maletines y en las maletas,tratando de atrapar en las aduanas el veneno,el famoso veneno sagrado...Habia que vencer el asco...Debia conocer el opio,saber el opio,para dar mi testimonio...Fume muchas pipas,hasta que conoci...No hay sueños,ho hay imagenes,no hay paroxismo...Hay un debilitamiento melodico,como si una nota infinitamente suave se prolongara en la atmosfera...Un desvanecimiento,una oquedad dentro de uno...Cualquier movimiento,del codo,de la nuca,cualquier sonido lejano de carruaje,un bocinazo o un grito callejero,entran a formar parte de un todo,de una reposante delicia...Comprendi por que los peones de plantacion,los jornaleros,los rickshamen que tiran y tiran del ricksha todo el dia,se quedaban alli de pronto,oscurecidos,inmoviles...El opio no era el paraiso de los exotistas que me habian pintado,sino la escapatoria de los explotados...Todos aquellos del fumadero eran pobres diablos...No habia ningun cojin bordado,ningun indicio de la menor riqueza...Nada brillaba en el recinto,ni siquiera los semicerrados ojos de los fumadores...Descansaban? Dormian?...Nunca lo supe...Nadie hablaba...Nadie hablaba nunca...No habia muebles,alfombras,nada...Sobre las tarimas gastadas,suavisimias de tanto tacto humano,se veian unas pequeñas almohadas de madera...Nada mas...sino el silencio y el aroma del opio,extrañamente repulsivo y poderoso...Sin duda existia alli un camino hacia el aniquilamiento...El opio de los magnates,de los colononizadores,se destinaba a los colonizados...Los fumaderos tenian a la puerta su expendio autorizado,su numero y su patente...En el interior reinaba un gran silencio opaco,una inaccion que amortiguaba la desdicha y endulzaba el cansancio...Un silencio caliginoso,sedimento de muchos sueños truncos que hallaban su remanso...Aquellos que soñaban con los ojos entrecerrados estaban viviendo una hora sumergidos debajo del mar,una noche entera en una colina,gozando de un reposo sutil y deleitoso...
Despues de entonces no volvi a los fumaderos...Ya sabia...Ya conocia...Ya habia palpado algo inasible...remotamente escondido detras del humo...

"EL OPIO"

extraido de "CONFIESO QUE HE VIVIDO" de Pablo Neruda